segunda-feira, 1 de agosto de 2016

Poesía de la experiencia

Dejo aquí algunos trabajos elaborados por profesores y alumnos sobre la poesía española actual. Creo que son muy didácticos y nos ayudarán a introducirnos en el tema. Quiero agradecer a los autores de estos trabajos que tan generosamente comparten sus materiales.



En 1983 aparece en el diario El País un manifiesto poético firmado por tres poetas granadinos. Estos poetas se basaban en las teorías del personaje filósofo de Antonio Machado, Juan de Mairena, que defendía que para llegar a una nueva poesía acorde con los tiempos era necesaria una nueva sentimentalidad. Bajo este presupuesto y siguiendo las indicaciones teóricas del profesor universitario Juan Carlos Rodríguez Gómez, las indicaciones poéticas de Jaime Gil de Biedma y el magisterio poético de Rafael Alberti, no dudaron en lanzar un manifiesto, algo poco usual en la época, donde se defendía la necesidad de crear una nueva sentimentalidad, de buscar una nueva forma de sentir; una sentimentalidad otra. El grupo granadino no sólo estaba formado por estos tres poetas, pero fueron éstos los que firmaron el manifiesto y lo acompañaron de poemas. Las mismas ideas defendían poetas como Inmaculada Mengíbar, Aurora Luque, Ángeles Mora, y un largo etcétera. Según el teórico Juan Carlos Rodríguez, este movimiento murió el mismo año en que nació. No obstante, las concepciones poéticas del grupo han ido calando de tal forma que han acabado englobando una de las corrientes de mayor éxito poético: la poesía de la experiencia.

Pincha aquí para comenzar a conocer Sobre la Otra Sentimentalidad.

Aquí puedes leer el artículo firmado por García Montero en el periódico madrileño "El País": La otra sentimentalidad.

[...]

Veamos pues: en principio es preciso aceptar que la literatura es una actividad deformante, y el arte de hacer versos, un hermoso simulacro. Lo dijo Diderot: "Detrás de cada poesía hay un embuste". Más recientemente lo poetizó Gil de Biedma en un texto imprescindible, Ejuegde hacer versos. No nos preexiste ninguna verdad pura (o impura) que expresar. Es necesario inventarla, volverla a conformar en la memoria.

Y de ahí su importancia histórica, su nueva importancia. Cuando la poesía olvida el fantasma de los sentimientos propios se convierte en un instrumento objetivo para analizarlos (quiero decir, para empezar a conocerlos). Entonces es posible romper con los afectos, volver sobre los lugares sagrados como si fueran simples escenarios, utilizar sus símbolos hasta convertirlos en metáforas de nuestra historia.


Pero no simplemente eso. Romper la identificación con la sensibilidad que hemos heredado significa también participar en el intento de construir una sentimentalidad distinta, libre de prejuicios, exterior a la disciplina burguesa de la vida. Como decía Machado, es imposible que exista una poesía nueva sin que exprese definitivamente una nueva moral, ya sin provisionalidad ninguna. Y no importa que los poemas sean de tema político, personal o erótico, si la política, la subjetividad o el erotismo se piensan de forma diferente. Porque el futuro no está en los trajes espaciales ni en los milagros mágicos de la ficción científica, sino en la fórmula que acabe con nuestras propias miserias. Este cansado mundo finisecular necesita otra sentimentalidad distinta con la que abordar la vida. Y en este sentido la ternura puede ser también una forma de rebeldía
 
Una llamada de wikipedia que nos servirá para acercarnos al concepto de la Otra Sentimentalidad:

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